Moisés Viretti. Tiempos aciagos me toca vivir en estos días, por la falta de
salud en aquella mujer que me trajo a la vida y me educó como Dios manda;
tiempos eucarísticos y preludios al mes carmelita que a la vez me llena de alegría,
por que en su mes nací, y a ella me encomiendo todos los días.
Ahora contemplo a Jesús con una cruz a cuestas en San
Leandro, y mirándolo fijamente embrujado por sus movimientos de querer levantarse,
quiero ayudarle, pero mis músculos quedan engarrotados. Contemplo sus ojos a
punto de llorar y veo la formación de lágrimas de bondad del dueño del universo,
y sin darme cuenta, su poder infinito inunda mi alma…no tengo palabras para
dirigirme a el, mi corazón palpita más deprisa que nunca, mi cuerpo empieza a
temblar y una voz se escapa en la oscuridad de mi garganta pregonándole a mi
nazareno, ¡Señor, padre mío, ten Bondad de aquellos que le faltan la salud¡ ¡Tus
ojos me dicen que te inundas de ella, esa Bondad, es mi fe y Esperanza¡…
‘’A mi madre María de
las Mercedes, para que pronto y gracias a la Bondad del Señor se recupere’’