La fe, una palabra de tan solo dos
letras, y sin embargo, lo mucho que abarca dicha palabra, y también, su
grandeza. Como bien sabe la mayoría de los cristianos, la cruz, es el símbolo
de la fe, aunque no son pocos aquellos que la quieran cargar ni la suya propia
sobre sus hombros, prefieren quedar siempre por encima de los demás o incluso,
autoproclamarse ‘’doctores de la bondad cristiana’’.
Hace años, y en plena misa intima
familiar, un artista llegó a decirme…’’tus palabras llegan al corazón, tus
palabras tocan el alma’’…jamás olvidare aquella cara, aquel hombre, aquel
artista…
Sin saberlo, de sus manos, salieron
el verdadero símbolo de la fé para hermandades destacadas e imágenes que
abarcan devoción a nivel mundial; sus manos cincelan la unión de cada tronco;
sus dedos posan sobre el futuro madero donde clavaran los benditos pies de
Cristo, y sobre su reloj de pulsera, se refleja, como si de orilla de mar
fuese, las onduladas marcas de la madera.
Cepillo, sierra, espolón…muchos
ingredientes para crear el símbolo de la fe, siendo el clavo quien tendrá que
terminar ‘’ de coser’’ este bendito ‘’bordado’’.
El tronco hace mella,, y la mella
es fina , lisa y suave, y se desplaza como el relámpago en plena tormenta hace
el dibujo de una naturaleza prácticamente perfecta.
Miles de mártires rezaron y tuvieron la
cruz hasta el ultimo aliento de su vida, miles siguen llevándola en cadenas,
collares o rosarios; particularmente siempre he sido devoto del símbolo de
nuestra fe, sin embargo pude recibir de aquel de los mejores quien las hiciera
tan inolvidables palabras; bien saben muchos, que tiempos aciagos vivo
actualmente de fe por la acción de aquellos que se creen dueños y doctores en
la misma, sin embargo, al contemplar este arte, este símbolo que representa a
nuestras creencias, solo puedo contestar al cielo sobre el autor de estas
cruces…,verdaderamente, este hombre, es el guardián de la fe.
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