Monday, October 18, 2021

GRAN PODER

 Déjame contarte al oído Señor. Moisés Viretti Fernández

Oh Dios, ¿Por qué nos abandonas?...como la mismísima canción litúrgica de Cantalapiedra.

Tú que todo lo sabes y siempre estás en el sagrario; aun así déjame decirte algo al oído…que de misión mucho falso y cofrade político, porque desde hace años, bien lo sabes padre, nadie quería venir a mi sentido barrio de los pajaritos…

Déjame seguir susurrándote, y perdóname por no salir a tu encuentro en este lio, pero detrás de tantos buenos planos, escaparates y golpes de pecho…tu y yo que sabemos la verdad, se nos viene a la cabeza esos fariseos,,,’’¡en tu barrio no pinto nada, y con los años muerto en el infinito¡’’.

En el silencio de la noche, cuando podemos hablar mejor sin el ruido, sin las emociones, sin los ‘’vacilas’’ , sin cámaras de televisión que buscan portada, ni aquellos que jamás le importaron las cofradías nada de nada...¿da pena verdad?, pero es como el humilde belén, aquí nos hemos criado y nacido, haciéndonos heridas en las rodillas con el albero viejo de las calles…pero ahora, todo es más pobreza, dolor y angustia…y para remate bien sabes que muchos se aprovechan de esta situación.

Aquellos que siempre estuvieron, desde antes y el principio, puro orgullo de ser verdaderos cristianos y amigos, pero como navajas en la orilla salen a la luz para buscar la sal, cuando vienes de camino, sin embargo siempre has estado en el sagrario, en los brazos de tu madre sentado sobre su regazo en una humilde silla de nea, y ni si quiera te han visto.

¡Aquel que sea libre de pecado, que tire la primera piedra¡…y aquí es cuando padre santo, tu y yo sonreímos, porque son muchos los que anduvieron cargados de ladrillos en sus manos y estos volvieron a sus nidos.

Desde la distancia y desde la oración, bien sabes que caminare contigo, y bien respeto y admiro, el mayor de tus prodigios, por eso solo te pido y no por mi, si no por los que te han ofendido, que utilices tu poder de hacer ver, los daños y heridas, que parecen no cerrar, porque su látigo sigue siendo casi eterno, como en el éxodo en el viejo Egipto.

Contigo van desde el cielo, filas de buenos difuntos, aquellos que quisieron acompañarte y antes quemaron su cera y su cirio, para verte desde la otra orilla.

Andas cansado por la lejanía del camino, y mis susurros en la noche otoñal parecen más fríos, no como una queja, si no como un verdadero consuelo, como cuando tu madre vino desde Nervión, puro e inolvidable rosario vespertino.

Ahora que durante algunos días estarás mas cerca de los míos, solo esa plegaria, solo te pido, que no apartes la mirada, de los que siempre te han querido, sea con un templo humilde, y tu vida en gloria, siendo niño…















No comments: