De la de millones de preguntas que se hace el hombre en su vida, alguna de ella habrá sido…¿He tenido abnegación?...una palabra tan grande y tan poco conocida a la vez, una palabra tan de moda en esta semana por el barrio torero y tan poco llevada a la practica…un significado de santidad por aquellos que en su día derramaron su sangre por los demás, y entregaron su vida por un mundo mejor.
El deseo, el bienestar y la felicidad del que tienes al lado;
el interés, eso es solo para aquellos que
buscan la fama política y el ir y venir para que lo vean.
Miramos la imagen de Cristo y nos recuerda a tantos y
tantas, que por nada a cambio entregaron todo; una virtud moral que hace al
religioso mas poderoso en la misma fe; sacrificios espontáneos o de voluntad,
pero el hecho esta hecho, y ahí, esta la realidad, y es lo que la verdadera verdad nos enseña.
Es como Claudia Procula, sin saberlo y tan solo en sueños,
sabía que el castigo al nazareno no era justo, y sus lágrimas de impotencia salían
a relucir, y más, si es su esposo, es el que las manos se lavaba teniendo el máximo
poder para librarle o condenarle.
Y volviendo a la pregunta del principio…¿hemos tenido abnegación?
…que difícil es para muchos, y que hermoso es para tan pocos. Esta advocación,
esta imagen del Señor, me ha dado mucho que pensar, cuestionar, y como no,
poner mejor en practica el legado y evangelio heredado hace casi dos mil años.
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