Miradle, tiene sed, lo dice con el poco aliento que le queda de vida, y se le ofrece en una sucia esponja, el vinagre…el lo da todo, y nosotros le devolvemos la respuesta mas ‘’agria’’ del mundo.
Jesús de Nazaret tiene sed, pero no sed de agua, vinagre,
vino, etc., si no sed de esperanza, por aquellos que no sabemos beber de la verdadera
fuente de la vida, que es la salud para una vida eterna junto a el.
Cristo tiene sed de verdadera hermandad, el Señor tiene sed
de verdad y justicia, Dios hecho hombre tiene sed de amor eterno…
El cristo de la Gran Plaza, o de la Concepción, como muchos abuelos o abuelas le llaman, pide
agua de oración a su alrededor, no le interesan los lujos y el dinero, el
crucificado de Nervión tiene sed de agua viva en nuestras almas, para que las
viejas tramas y el poder sean solo un espejo paralelo; aquel que de pies
cruzados, clavados en el viejo madero, necesita el agua verdadera y no el
vinagre falso y condenatorio; el sudor de sus dedos temblorosos por el dolor,
imitan el hermoso geranio en flor, cantando a los cuatro vientos…su madre, al
pie de la cruz, consuela su mirada eterna, ofreciendo el océano de aguas azules
en sus ojos, siendo madre de todos nosotros, que somos la verdadera iglesia, y
que es defendida por ella, hasta el final de los tiempos…por eso y por mucho
mas, te damos gracias Consolación, por que tu, eres la puerta hacia su fuente
de agua, aunque no son pocos, los que sin querer compartir y repartir del mejor
banquete, acaben ahogándose en ella.
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